Luisa Patricia Higuita.
Desde antes de llegar a este mundo y contemplar lo maravilloso que es, soy parte de la Fundación Mónica Uribe Por Amor, un lugar que poco a poco se ha convertido en un espacio de encuentro y posibilidades, lleno de personas amorosas, comprometidas e indispensables para mi desarrollo.
El inicio de mi historia con la Fundación se da cuando mi madre decide buscar ayuda durante su sexto mes de gestación, ya que deseaba aprender acerca de la condición que su hermosa bebé tendría al momento de nacer. Gracias a esta decisión hoy puedo ver mi vida y todo su acontecer con los brazos abiertos, llena de gratitud.
A pesar de perder a mi madre cuando era pequeña, he logrado conectar los puntos y comprender que, aunque su partida me atravesó el corazón con profundo dolor, ahora sé con certeza que su presencia y amor me cuidan desde el cielo. Ella es el ángel que tocó a las puertas de este lugar, donde a falta de una madre, tengo muchas. En la Fundación nunca me faltan las sonrisas sinceras, el abrazo que me protege, las palabras que me guían… Nunca me falta el amor y eso para mí no tiene precio.
Puedo decir que, gracias a la incansable labor de la Fundación, he vivido momentos llenos de felicidad, he construido amistades, me he dedicado a mis estudios y he descubierto lo mucho que me emociona aprender, superarme y continuar creciendo a pesar de mi condición de discapacidad; mostrándome a mí misma y a todos lo que me rodean, que soy independiente y que los sueños pueden hacerse realidad.
Mis metas no tienen límites y mi disciplina para alcanzarlas tampoco. Sueño con convertirme primero en una gran cosmetóloga y luego con ser una doctora. Estoy segura de que mis ganas de salir adelante sobrepasan cualquier obstáculo y que tarde o temprano esto que sueño hoy, será una realidad mañana.