Susana Correa.
Desde que tenía 5 años asistía a la Fundación a las terapias, por la lejanía y los costos su madre no la pudo volver a llevar, pero ella aprendió que muchas actividades de las terapias era trabajar con manualidades, desde ese entonces Susana en su casa comenzó a pintar, trabajar con plastilina y manualidades. Luego regreso nuevamente a la fundación, allí ha demostrado su talento y se ha vuelto más autónoma y e independiente.
Hoy a sus 34 años sigue asistiendo a la fundación fortaleciendo cada una de las habilidades con las cuales cuenta y nos sigue confirmando que los limites no existen, que se puede llegar a ser una mujer independiente que supera sus limitaciones, es una gran emprendedora hace manillas, collares para gafas y los ingresos que recibe los ahorra cuidadosamente porque quiere viajar con su mamá. Susana, además le encanta cocinar, cuidar sus plantas y ayudar a su mamá en todo lo de la casa. Cuando le preguntamos a Susana cuál es su sueño, nos responde que quiere ser doctora y por eso le encanta recetar a todo el mundo, si alguien llega a su casa con un dolor de cabeza, ella de inmediato le recomienda una pastilla.
Susana ama profundamente la fundación porque es el único espacio donde puede compartir con sus amigos.